jueves, 23 de diciembre de 2010

Capítulo 2. - Esperando que se cumpla un sueño.

Al día siguiente me levanté con una sensación extraña, parecía que todo lo que me había pasado el día anterior por la noche hubiera sido un simple sueño, pero yo sabía que ese sueño, el de quedar con Fernando, se haría realidad.
Fui a desayunar; me preparé un zumo de naranja, una tostada con mantequilla de cacahuete que había comprado mi madre hacía dos días y un taza de cacao calentito. Me pareció extraño que mi madre no estuviera en casa, pero al cabo de un rato vi una nota suya al lado de la tostadora, decía lo siguiente:
"Lara, he tenido que ir urgentemente a casa de los abuelos; no te preocupes, a ellos no les pasa nada. Volveré por la noche. Si necesitas algo llámame. Mamá."
¡Genial! El día entero para mí solita.
Pensé en llamar a Fernando y decirle que podía quedar hoy, pero pensé que eso sería ir muy a la desesperada, así que no lo hice.
Me tumbé en el sofá, encendí el televisor y puse en la MTV. Le estaban haciendo una entrevista a Justin Bieber y a Jaden Smith, por lo que me emocioné un poquito (porque me encantan esos niños), me incorporé bien en el sofá y no me levanté (y creo que casi ni pestañee) hasta que terminó.
A eso de las dos de la tarde me preparé un sandwich y bebí algo de zumo de naranja que sobrara del desayuno. Cogí un trozo de turrón del de chocolate, del más rico que hay, y me lo comí tan rápido que a los dos minutos ya estaba cogiendo un trozo más, y otro dos, para provisionarme bien. Cuando los terminé llamé a Laura:
-Laura, mis padres hoy no están en casa, ¿te apetece salir a dar una vuelta?
-Sí, claro, pero llama también a Lore.
-Ya, a eso iba después de llamarte -reí. Y ella rió conmigo.
-Bueno, entonces, ¿a qué hora nos vemos?
-Te parece a las... ¿cinco, por ejemplo? En el parque de ayer.
-¡Perfecto! Me queda cerca de casa. Bueno, en realidad a todas nos queda cerca.
Las dos reímos y colgamos. Pensé en Fer, en lo que había pasado ayer, y creo que me puse roja, porque mi cara empezó a arder de tal manera que seguramente hubiera provocado un incendio nada más tocar alguna parte de la casa con una mejilla.
Cuando se me pasó en el bobamiento, llamé a Lore:
-Lore, he quedado con Laura por la tarde en el parque a eso de las cinco, ¿te vienes?
-¡Por supuesto! Con mi madre no hay problema, ya me dijo que en vacaciones podía salir cuando quisiera siempre que le avisara de dónde iba a estar.
-Perfecto. Bueno, nos vemos.
-Hasta luego.
 Por la tarde me recogí el pelo de manera que me quedara bien peinado, no como hago la mayoría de las veces, que la cara me queda muy despejada de pelo y estoy fatal, me vestí con unos vaqueros y una camiseta sencillita, me puse unas Converse, mi chaqueta negra fina y un chaquetón de lluvia por encima por si acaso. Cogí las llaves y metí al paraguas pequeño en un bolso casi de su mismo tamaño y salí afuera. Llegué al parque y Laura y Lore ya estaban esperando en los columpios, riendo mientras chocaban con ellos.
-¡Hola chicas! -dije con una gran sonrisa en la cara.
-Creo que viene pensando en Fer, ¿no te parece Lore?- dijo Laura mirándome de una manera que no me gustaba nada. Iba a empezar el interrogatorio.
-Sí, eso parece.
-Bueno, a ver, que estoy aquí para contaros algo sobre él, pero como sigáis así no os digo nada - las miré riéndome, y entonces ellas pusieron los ojos como platos.
-¡Pero a qué esperas! ¡Cuéntanoslo! ¿Te llamó? ¿Te mandó un mensaje?
-No, no fue nada de eso. Si me escucháis creo que sería mejor. -Esperé un rato, y como vi que ahora ya estaban dispuestas a cerrar la boca, empecé a hablar.- Ayer, cuando me fui del parqué, bajando la pequeña cuesta de allí -señalé a dónde me refería- noté algo en la espalda. Era Fer, que me había puesto una chaqueta sobre los hombros, y bueno, yo me asusté un poco.- Ya tardaban en interrumpir, cuando Lore dijo algo:
-¿Qué dices? ¿Qué hacía él aquí a estas horas?
La miré con mala cara, entonces se calló y pidió perdón. Continué esperando que no volvieran a decir nada hasta que yo terminara.
-El caso es que estuvimos hablando y... bueno... me pidió quedar con él en día 27- ellas habían puesto cara de emoción y asombro a la vez, pero no dijeron nada. Era asombroso-, y le dije que sí.
Sonreí mucho mucho, y ellas se dieron cuenta de que podían empezar a hablar.
-Tía, ¿eres tonta o qué? -empezó Laura.- Podías haber quedado con él hoy, que no estaban tus padres.
-Eso sería ir muy a la desesperada- respondió Lorena-, seguro que no lo ha hecho por culpa de que pensara mal de ella. ¿A que sí, Lara?
-Claro. -sonreí y las dos miramos a Laura.
-Bueno, pero habría sido una bueno oportunidad...
-Sí, para quedar mal - dije yo, con  voz sarcástica.
-Bueno, el caso es que más tarde o más pronto, ella sabe que quedará con él, porque ya se lo ha pedido, y tenemos que estar contentas.
Todas nos miramos y empezamos a chillar al mismo tiempo, sonriendo como bobas. De repente paré de saltar y chillar, porque me había llegado un mensaje. Era de Fernando.
"Hola, Lara. Hoy tengo el día libre, no sé si ya estarás haciendo algo, pero pensé en adelantar nuestra cita para hoy, ¿te parece bien? Un beso, Fer."
-¿Quién es?- dijo Laura.
-Era Fer... ¡Quiere que quede hoy con él!
-¡Dios mío! ¿A qué estás esperando? ¡Dile que sí ya!
-Chicas, me voy a casa, deseadme mucha suerte. -dije mientras me alejaba.
-¡SUERTE! -gritaron las dos a la vez.
 Corrí a toda velocidad para casa, pero antes de entrar, le mandé un mensaje diciéndole que viniera a las 7 a por mí. Entré en casa y llamé a mi madre.
-Mamá, una curiosidad, ¿a qué hora vas a llegar a casa?
-Pues no lo sé hija... la verdad, igual me quedo  dormir en casa de tus abuelos. ¿Te importa quedarte sola hasta mañana al mediodía?
-Pues... no, no importa, quédate tranquila.
-Bueno, espero que estés siendo responsable ¿eh? Hasta mañana.
-Adiós, mamá.
Cuando colgué salté de alegría,¡no me lo podía creer! Podría quedarme de madrugada con Fer, era el mejor día de mi vida.

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